lunes, 17 de septiembre de 2012

INCLUSION Y EXCLUSION


INCLUSION Y EXCLUSION SOCIAL DESDE LA FAMILIA
SUMILLA
Al finalizar la conferencia los participantes comprenderán con claridad los conceptos y las características de la Inclusión y Exclusión Social desde la Familia, identificando sus antecedentes así como sus  características.
Emitirán  libre y espontáneamente sus apreciaciones sobre el tema en cuestión.
Sabrán valorar lo que como país hemos avanzado al respecto, asumiendo el compromiso de su participación activa para poder  mejorar, acondicionar y lograr lo que aún, como nación, nos falta al respecto.
La Inclusión es un enfoque que responde positivamente a la diversidad de las personas y a las diferencias individuales, entendiendo que la diversidad no es un problema, sino una oportunidad para el enriquecimiento de la sociedad, a través de la activa participación en la vida familiar, en la educación, en el trabajo y en general en todos los  procesos sociales, culturales y en las comunidades (Unesco, 2005).
Los participantes internalizarán que la exclusión significa que hay grupos que tienen limitado el disfrute de las oportunidades económicas, sociales, culturales y políticas existentes en la sociedad (ONU, 1998),que  afecta a grupos culturalmente definidos y se encuentra inmersa en las interacciones sociales (BID, 2004).
Es un proceso, donde  ocurren una serie de eventos que conducen a que una persona, familia o grupo social llegue a vivir situaciones que les impiden participar y realizar el ejercicio pleno de su ciudadanía, en términos de sus derechos y deberes, y que   tiene múltiples causas y se presenta en muy diversas dimensiones (Fabre, 2000).
¿Qué es inclusión?

La Inclusión es un enfoque que responde positivamente a la diversidad de las personas y a las diferencias individuales, entendiendo que la diversidad no es un problema, sino una oportunidad para el enriquecimiento de la sociedad, a través de la activa participación en la vida familiar, en la educación, en el trabajo y en general en todos los  procesos sociales, culturales y en las comunidades (Unesco, 2005).
Es el camino para acabar con la exclusión que resulta de las actitudes negativas de las personas, y de la falta de reconocimiento de la diversidad.
La inclusión es necesaria si queremos:
• Un mundo más equitativo y más respetuoso frente a las diferencias.
• Beneficiar a todas las personas independientemente de sus características, sin etiquetar ni excluir.
• Proporcionar un acceso equitativo, haciendo ajustes permanentes para permitir la participación de todos y valorando el aporte de cada persona a la sociedad.
La inclusión, supone contener o englobar a algo o alguien dentro de otra cosa, espacio o circunstancia específica. Incluir entonces es sumar algo a otra cosa ya existente. Así, el término inclusión hace referencia al acto de incluir y contener a algo o alguien. Usualmente, este concepto se utiliza en relación con situaciones o circunstancias sociales en las cuales se incluyen o se deja afuera de ciertos beneficios sociales a grupos sociales específicos.
La inclusión, entendida desde un punto de vista social, tiene que ver con el trabajo que diferentes personas realizan a diario para asegurar que grandes sectores de la sociedad no queden fuera de esta y entren entonces en una espiral de violencia, delincuencia y paupérrimas condiciones de vida. La inclusión social significa integrar a la vida comunitaria a todos los miembros de la sociedad, independientemente de su origen, de sus actividades, de su condición socio-económica o de su pensamiento. Normalmente, la inclusión social se relaciona con los sectores más humildes, pero también puede tener que ver con minorías discriminadas y dejadas de lado.
Los métodos a los que se recurre para llevar adelante el fenómeno de inclusión social pueden ser muy variados, aunque por lo general tienen que ver con proveer a estos sectores desprotegidos y discriminados con todos aquellos medios necesarios para poder desarrollar un estilo de vida digno y estable. En este sentido, la inclusión social puede significar asegurar trabajo, salud, viviendas dignas y seguras, educación, seguridad y muchas otras cosas que contribuyen a que toda la sociedad se desarrolle de manera orgánica y ordenada. La inclusión social es un fenómeno característico de estos últimos años en los que las crisis económicas mundiales y regionales han hecho que importantes sectores de las poblaciones humanas entren en desamparo y abandono.

Inclusión Social

El termino de moda, el estandarte de campaña que llevo al poder a Ollanta Humala, lo que todo un país anhela y que ahora dependiendo de una serie de factores, se puede hacer realidad y se llama inclusión social.
La inclusión social, no es un término reciente, la inclusión social como concepto tiene tiempo, que en nuestra sociedad no se haya tocado no quiere decir que no existiera y recién lo inventáramos en el Perú, lo que pasa es que recién al ser tan evidente las brechas entre clases sociales se ha hecho necesario tocar el tema y tratar de incluirlo en las propuestas de campañas durante la última campaña electoral presidencial.
La inclusión social entonces no vendría ser más que reconocer a ciertos grupos sociales diversos sus características que los hacen únicos como: El respeto a la diversidad, y el reconocimiento de un tercero vulnerable, con necesidades específicas que deben ser saciadas para que pueda estar en condiciones de igualdad  y disfrutar de sus derechos fundamentales.
Entonces podremos decir que la inclusión social de cualquier persona, colectivo, comunidad o territorio pasa  necesariamente en primer lugar, por el acceso garantizado a la ciudadanía y a los derechos económicos, políticos y sociales; en pocas palabras el acceso sus derechos fundamentales, a esto también debemos sumar en este nivel las posibilidades de participación efectiva en la esfera política, lo que comúnmente llamamos participación ciudadana.



La teoría suena bonita, pero en la práctica este acceso es especialmente problemático para algunos sectores de la sociedad, como la población extranjera que reside en un país, sobre la que no solamente pesa la barrera a la participación económica en el mercado formal (que pasa por dos elementos: residencia legal y trabajo estable), sino también la negación del pleno derecho al sufragio activo y pasivo. Sin embargo, y al margen de este caso más extremo, existen un sinfín de grupos y colectivos sociales que no tienen reconocidos sus derechos sociales o que, aún teniéndolos, los recursos a los que éstos les permiten acceder resultan inadecuados a sus características u opciones personales. Nos referimos, por ejemplo, al caso de las personas con discapacidades, con enfermedades mentales, u otros casos; puesto que el acceso a las políticas sociales también forma parte de dicha acción del estado de reconocimiento de los derechos de protección social de la ciudadanía en caso de necesidad.
Luego y como segundo lugar, la inclusión social de toda persona o grupo social necesariamente debe pasar por una necesaria conexión y solidez de las redes de reciprocidad social, ya sean éstas de carácter afectivo, familiar, vecinal, comunitario u de otro tipo.
Resulta importante señalar el hecho de que no sólo la falta de conexión con estas redes puede determinar en gran medida la exclusión o la inclusión social de una persona o colectivo, en una sociedad determinada; pues la inexistencia o conflictividad de estas redes puede agravar la situación de exclusión social. Este elemento es importante en los regímenes  como el español, donde la cobertura del sistema de protección social público ha sido muy deficiente y es ahí que por ende las redes familiares y sociales juegan un papel fundamental en la redistribución de recursos y en la contención de la exclusión y la pobreza grave.
Finalmente y como tercer y último elemento no debemos dejar de mencionar el espacio de la producción económica; integrando esta con el mercado de trabajo, todo esto es un gran pilar de la inclusión social. Entendemos que el empleo es la vía principal de obtención de ingresos para la mayor parte de la población, sin esos ingresos la economía no se mueve. La producción de la economía y el mercado de trabajo, son elementos esenciales que ayudan a calcular el grado de cobertura social de la población inactiva o desempleada. Por lo tanto, estas cifras ayudan a determinar exactamente la real situación  de la sociedad respecto a la exclusión e inclusión social. La sociedad actual presenta múltiples segmentos de la población, numerosos, que quedan al margen del mercado de trabajo o si no  tienen una débil inserción en él. Esto ocurre porque el mercado laboral primario, está constituido mayoritariamente por puestos de trabajo muy poco estables; y por el otro crece muchísimo el mercado laboral secundario, que se caracteriza por principalmente por una informalidad alarmante y la pérdida progresiva de derechos laborales y sindicales; este segmento está integrado en su totalidad por jóvenes de sin estudios adecuados y la poca capacitación, mujeres, extranjeros y Adultos mayores trabajadores. Esto es que no incluimos  lo que ocurre en algunos lugares donde los niños también son parte de este sector de la economía.
Como lógica consecuencia, estos trabajadores actuales reciben sueldos denigrantes lo que se traduce en menores ingresos, menor estabilidad y por consiguiente una pobre aportación al sistema de pensiones y al seguro social, por lo que requieren de una ayuda inmediata del estado, pero pasa que el estado no puede atender a todos y algunos los deriva a un sistema privado, que en muchos casos llega  a ser injusto y abusivo.



Habiendo analizado los 3 factores de la inclusión social, ahora es necesario en otro post plantarnos, las medidas a aplicar, medidas gubernamentales que tratan de acortar más la brecha entre sectores de una misma sociedad.

La inclusión social no solo es el rol del estado (algo que muchos de nosotros olvidamos). De repente es el estado que debe de tomar la iniciativa, pero en el Perú existe gran indiferencia y poca   solidaridad de parte del resto de clases sociales y el sector privado hacia grupos excluidos. Los pocos esfuerzos que estos hacen son insuficientes y solos para apaciguar a estos grupos que pueden volverse conflictivos. Las empresas privadas y las clases A y B se preocupan más por aportar a la sociedad (bien sea socialmente o económicamente) en sociedades avanzadas como Noruega, Finlandia o Suecia.. que en sociedades como las latinoamericanas como el Perú. Esto debe cambiar.


¿A qué llamamos educación inclusiva?

Es un proceso en el cual un estudiante con alguna discapacidad o problema de aprendizaje se podrá incluir a las aulas regulares a nivel primario o secundario. Es decir, poder incluirse en igualdad de oportunidades, ser uno más del grupo de alumnos, en las mismas condiciones. Integrarse plenamente y no solo en el salón sino a nivel de todo el colegio. Cuando logre socializar a todo nivel ahí diremos que este alumno está incluido.
En algún momento, en este proceso de inclusión, surgió primero el término de integración, pero qué sucedía, el alumno tenía que adaptarse a las normas, al resto de alumnos y al sistema escolar. Es decir adaptarse al medio, algo que resultaba bastante difícil. Pero la inclusión es algo gradual, donde la maestra debe adaptarse a las necesidades del estudiante, es decir tendrá que usar una metodología propia que contribuya a que el alumno consiga ese proceso con más facilidad.
Formalmente podemos decir que se inició en el año 2004 el proceso de inclusión escolar, pero a nivel de UGEL hay algunas que han avanzado bastante y otras que aún no lo han hecho, cada quien está haciendo su camino de acuerdo a sus posibilidades.
A nivel legal la educación inclusiva está protegida incluso por la Constitución como máxima instancia, tenemos luego la Ley General de Educación, luego está el reglamento de educación básica especial, el reglamento de educación básica regular, el reglamento de educación básica alternativa (para jóvenes con más de 14 años).


¿Cómo será incluido mi hijo?

De acuerdo a la edad pueden ser incluidos en educación básica regular (inicial, primario o secundario) o en educación básica alternativa (para chicos desde 14 hasta más años de edad).
El Servicios de Apoyo y Asesoramiento a las Necesidades Especiales (SAANE), es el equipo multidisciplinario que se encargará de preparar al alumno para su inclusión en un colegio regular.
Lo integran por lo general un psicólogo, una profesora y terapistas. Ellos asesoran al colegio y al maestro de aula para lograr que el proceso de inclusión de un niño con alguna discapacidad sea lo más adecuado posible.
Su trabajo está más centrado en los colegios estatales debido a que la cobertura apenas alcanza para llegar a todos los colegios del Estado.
El equipo SAANE evalúa en los colegios especiales a los niños que están aptos para pasar a los colegios regulares y comienzan a buscar los más apropiados para iniciar el proceso.
Ese equipo, además, capacita constantemente al personal de los colegios de su zona y a lo largo del año está visitando tantos los colegios regulares como los espaciales. Esa es su labor.
Se reúnen con los padres para conocer la realidad de la familia, el nivel de educación de los padres, el entorno en el que viven. Es decir la información completa.
Cuando se deriva a un niño existe todo un documento psicopedagógico, que es el resumen del alumno para que el profesor que recibe al nuevo alumno tenga un conocimiento pleno de él.
Existe también la lista de cotejo de capacidades, esto lo elabora la docente que tuvo al niño en el colegio especial. Allí se señala qué sabe hacer y qué necesita trabajarse más.
Luego existe la lista de cotejos de inteligencias múltiples, todas las personas tenemos diferentes tipos de inteligencias, eso también lo elabora la profesora que sabe qué tipo de inteligencia predomina en el alumno.
También existe la ficha de estilo de aprendizaje, información que lo llena la profesora de aula igualmente. Allí se consigna cómo puede aprender más fácilmente y cómo prestar mayor atención.
Igualmente, la lista de conducta dentro del aula, si trabaja mejor solo o en equipo, si se distrae con facilidad o muestra algún problema.
Todos estos documentos van al colegio regular, junto al informe psicopedagógico, entonces la profesora está preparada para iniciar el proceso de adaptación de su hijo. Es importante que su hijo sea incluido de acuerdo a su edad cronológica


¿Qué es la exclusión?
La exclusión significa que hay grupos que tienen limitado el disfrute de las oportunidades económicas, sociales, culturales y políticas existentes en la sociedad (ONU, 1998), afecta a grupos culturalmente definidos y se encuentra inmersa en las interacciones sociales (BID, 2004).
Es un proceso, pues ocurren una serie de eventos que conducen a que una persona, familia o grupo social llegue a vivir situaciones que les impiden participar y realizar el ejercicio pleno de su ciudadanía, en términos de sus derechos y deberes, tiene múltiples causas y se presenta en muy diversas dimensiones (Fabre, 2000).
Son características comunes de la exclusión (BID, 2004):
1. La invisibilidad: se contrarresta a partir de la concientización de la presencia de grupos de personas excluidos en la sociedad, a través de estadísticas gubernamentales; leyes constitucionales sobre diversidad multicultural, currículos multiculturales y educación bilingüe.
2. Pobreza estructural y desventaja: se reduce a partir de acciones como los subsidios para la salud y la educación; programas para el desarrollo local y regional, creación y fomento de organismos gubernamentales especializados.
3. Estigma: se suprime a través de la promoción de la tolerancia, la solidaridad y el empoderamiento de los diferentes grupos sociales.
4. Discriminación: se reduce a partir de la nivelación del campo de acción de las personas (becas, cupos para la contratación de personal y partidos políticos), legislación y políticas antidiscriminatorias y empoderamiento.
5. Desventajas acumulativas: son reducidas a partir del fomento de oportunidades para las personas doblemente excluidas, redirigiendo bienes y servicios, empoderando y construyendo una base de apoyo.
El fenómeno de la exclusión social es un fenómeno muy común hoy en día que se caracteriza por la presencia de grupos de personas que, al no poseer los medios o recursos para sostenerse por sí mismos, caen fuera del sistema y pasan a vivir en la indigencia o máxima pobreza. La exclusión social es una dura realidad en la mayor parte de las sociedades y países del mundo y al representar un fracaso de las políticas gubernamentales, normalmente es ocultada o disimulada en los registros oficiales a fin de que el impacto que ella genere sobre el político de turno no sea tan grande.
La exclusión  social se relaciona de manera directa con la de la marginación ya que ambas suponen que las personas que sufren tal situación son dejadas de lado por e resto de la sociedad. Las causas que pueden generar exclusión social en uno o varios grupos de la sociedad son varias y por lo general implican situaciones de desigualdad y deterioro de larga data o que han sido favorablemente solucionadas con el tiempo. Generalmente, las crisis económicas que no se resuelven del todo permiten que cada vez más personas caigan en esa situación en vez de  limitar el número.
Una de las características principales de la exclusión social es justamente que impide que grupos más o menos importantes de personas no se puedan integrar tanto social como laboral o culturalmente al resto de la sociedad. Así, quedan fuera de todas las manifestaciones que se establecen bajo los parámetros de “normalidad” y deben buscar sus propios medios o recursos para subsistir no solo económica sino social y culturalmente. A pesar de que también podría ser entendida en este sentido, la exclusión social no se suele utilizar como concepto para hacer referencia a grupos sociales segregados por razones étnicas o políticas.

El Ministerio de Inclusión Social del Perú es el organismo encargado del desarrollo social, superación de la pobreza, promoción de la inclusión y equidad social; además de la protección social de poblaciones en situación de riesgo, vulnerabilidad y abandono.

FUNCIONES
§  Formular, planear, dirigir, coordinar, ejecutar, supervisar y evaluar las políticas nacionales y sectoriales en materias de desarrollo e inclusión social, encaminadas a reducir la pobreza, las desigualdades, las vulnerabilidades y los riesgos sociales, en aquellas brechas que no pueden ser cerradas por la política social universal, regular, de competencia sectorial.
§  Dictar normas y lineamientos técnicos para la adecuada ejecución y supervisión de las políticas nacionales, la gestión de los recursos del sector, así como para el otorgamiento y reconocimiento de derechos, la sanción, fiscalización y ejecución coactiva en las materias de su competencia.
§  Realizar el seguimiento, monitoreo y evaluación respecto del desempeño y logros alcanzados por las políticas, planes y programas en materia de desarrollo e inclusión social, en los niveles nacional, regional y local, así como tomar las medidas correspondientes.
§  Diseñar, conducir y supervisar los sistemas funcionales en el ámbito de desarrollo e inclusión social asegurando el cumplimiento de las políticas públicas nacionales y sectoriales de acuerdo a las normas de la materia.
§  Ser ente rector del Sistema Nacional de Desarrollo e Inclusión Social (Sinadis).

La exclusión social es un fenómeno que supera el concepto de pobreza. En un momento como el actual cada vez es más preocupante el hecho de que existan personas no ya pobres económicamente sino excluidas de todo proceso socioeconómico.

La superación de la cuestión económica cobra especial importancia en sociedades con altos niveles de desarrollo. Es en este contexto donde situamos nuestro análisis.

¿Pobreza o Exclusión?

A lo largo del pasado siglo, muchos han sido los que se han preocupado por el tema de la pobreza. Podríamos remontarnos al primer tercio del siglo XX para ver los primeros estudios sociológicos relativos a esta realidad. No obstante, han sido distintas las perspectivas desde las que se ha ido considerando. Por una parte está la evolución del concepto en sí, que va desde la concepción de la relación que se establece entre la pobreza y el desarrollo de un territorio, a la adquisición progresiva de un carácter multidimensional, en el que lo que interesan son las implicaciones de la pobreza, las manifestaciones de desigualdad social y marginación (que en enfoques posteriores se transformará definitivamente adoptando su denominación actual: exclusión) ; y por otra, los distintos enfoques adoptados para la medición del fenómeno, pasando del protagonismo de los enfoques absolutos al predominio del enfoque relativista. En España, los pioneros en la medición de la pobreza, tal como es entendida ahora, son Ruiz-Castillo (1987) y Bosh, Escribano y Sánchez (1989), que dan un salto cualitativo al introducir la metodología europea y considerar la perspectiva de la distribución territorial.


En la definición de pobreza que da la Real Academia de la Lengua Española nos encontramos con algo curioso, no hace alusión a ningún criterio económico y, por supuesto, mucho menos, social. Encontramos que pobre es el “que no tiene lo necesario para vivir”. Se hace referencia al concepto de necesidad, pero en ningún caso se estipula que ésta sea de tipo económico.

Amartya Sen es quien introduce en el pensamiento económico la consideración de que la pobreza debe empezar a ser medida más que por el nivel de ingresos que recibe el individuo, por lo que éste es capaz de hacer con estos ingresos, por sus capacidades.

Esta es la idea de base en que sustentamos nuestro estudio. No cabe duda de la relevancia de lo económico dentro del análisis de la pobreza, sin embargo, se impone el dar un paso más y empezar a incluir definitivamente cuestiones tales como la salud, la educación, el derecho a una vivienda...factores todos estos cuya consideración parece lógica, pero respecto a los cuales se sigue observando una doble debilidad, por una parte, en relación a su aceptación por el conjunto de la sociedad y, por otra, en cuanto a verse reflejada en las políticas económicas y sociales llevadas a cabo en nuestro país, como veremos más adelante.

El II Programa de Lucha contra la Pobreza en la Unión Europea define al pobre como “aquella persona, familia o grupo cuyos recursos –materiales, culturales y sociales– son tan limitados que les excluyen del mínimo nivel de vida aceptable en los Estados miembros en los que viven”.

La alusión a la renta no es directa, pero se puede intuir. Por tanto, nos estamos refiriendo a grupos cuyo nivel de renta difiere, por debajo, de la situación media.

Son dos las perspectivas desde las que se puede ahondar en el estudio de la pobreza: objetiva y subjetiva.

 Los enfoques objetivos son aquellos que utilizan como fuente de información variables económicas objetivas, como pueden ser el nivel de ingreso o de gasto. Dentro de esta metodología de análisis nos encontramos las utilizadas por la UE y la OCDE, que consideran pobres a los hogares cuyos ingresos son inferiores al 50% de la Renta Familiar Disponible Neta (RFDN) por habitante, aunque cada una utiliza una escala de equivalencia y ponderación de los miembros del hogar.v

 Los enfoques subjetivos son los que miden la pobreza a través de las opiniones de los encuestados. Así, encontramos el método Deleeck y el método Leyden, que se basan en el establecimiento de un mínimo de ingresos que los encuestados consideran necesario.v


Un segundo criterio de clasificación es el que distingue entre:

 La pobreza absoluta, que hace referencia a una situación en la que la persona carece de una serie de recursos para satisfacer las necesidades que se establecen como básicas para llevar una vida diga (alimento, vivienda, educación, atención sanitaria...). Se suele utilizar para medir la pobreza en los países menos desarrollados.v

 La pobreza relativa, se refiere a situaciones en las que la persona recibe comparativamente menos que el resto de la población. Se trata de una medición de desigualdad entre semejantes con respecto a la distribución de los recursos. Es utilizada principalmente en los países más desarrollados, donde la mayor parte de la población tiene satisfechas sus necesidades básicas.v


En este enfoque, donde se realiza una comparación, se establece que son pobres los que se sitúan por debajo de un determinado porcentaje del gasto o ingreso medio de un país, en general, el 50%. Así se habla de línea de pobreza o umbral de pobreza.

En base a donde se fijen estas líneas podemos establecer una tipología de pobreza:
 Pobreza relativa:Ø
● Precariedad social o económica, comprende aquellas personas cuyos ingresos/gastos se sitúan entre el 35% y el 50% de la media nacional.
● Moderada, aquellos cuyos ingresos/gastos se sitúan entre el 25% y el 35% de la media nacional.

 Pobreza severa:Ø
● Grave, aquellos cuyos ingresos/gastos se sitúan entre el 15% y el 25% de la media nacional.
● Extrema, los que tienen unos ingresos/gastos por debajo del 15% de la media nacional.


Hay que llamar la atención respecto de un segundo término que aparece en los modelos de pobreza a nivel europeo, el de exclusión social. Como veíamos, el ámbito de actuación que se le atribuía tradicionalmente a la pobreza, ha ido ampliándose, pasando de una concepción puramente monetaria a una en la que se tienen en cuenta otros aspectos que se engloban, en un primer momento, en el concepto marginación. Si entendemos ésta desde un punto de vista de aislamiento y separación de una persona en el trato social, tal como define el diccionario, podemos observar cierta similitud con lo que entendemos por exclusión. Precisamente éste es el paso que dan los países europeos, sustituyen en las últimas décadas, de forma definitiva, un término por otro.

La Academia define la exclusión como el hecho de negar la posibilidad de alguna cosa. Esta definición se acerca más al objeto de nuestro estudio. Nos interesa la idea de considerar excluido al “estar fuera de un proceso”, sí, pero también al hecho de encontrar un obstáculo a la entrada. Es decir, se trata de recoger, junto a la visión estática de la marginación -estar fuera-, la visión dinámica -imposibilidad de entrar, de incluirse-.

Tenemos dos conceptos, pobreza y exclusión, que presentan dificultades en cuanto a su límite. La tarea se vuelve compleja cuando tratamos de definir el ámbito que comprende cada uno de ellos. En muchas ocasiones, ambos son utilizados como sinónimos cuando en realidad hacen alusión a realidades distintas. ¿Qué tienen en común ambos términos? ¿En qué se diferencian? ¿Cuál es más amplio? Sin duda, como paso previo a nuestro análisis, resulta imprescindible tratar de dar respuesta a estas cuestiones y delimitar qué entendemos por pobreza y qué por exclusión.

No obstante, no constituye nuestro objeto de estudio el hacer un análisis exhaustivo de la etimología y desarrollo teórico de ambos términos sino, más bien, el de definir qué entenderemos como tales en lo que sigue.

Para nosotros, el concepto de exclusión supera al de pobreza, en el sentido que recoge aspectos económicos, pero también sociales. Por tanto, podemos hablar de que existen personas que no son pobres y sin embargo están excluidas, mientras que en sentido contrario no se produce esta correspondencia, pues si alguien es pobre, se considera excluido en el sentido que no se encuentra en situación de igualdad con el resto de ciudadanos.

En palabras del III Programa Europeo de Lucha contra la Pobreza (Pobreza-3) –donde se sustituye por primera vez el término de pobreza por el de exclusión social– “el problema no es ya solamente el de desigualdades entre la parte alta y la parte baja de la escala social (up/down) sino también el de la distancia, en el cuerpo social, entre los que participan en su dinámica y los que son rechazados hacia sus márgenes (in/out)”.

En concreto, consideraremos que una persona está excluida siempre que se le niegue algún derecho, siempre que se encuentre ante cualquier tipo de situación que le impida tener cubiertos sus derechos o que le impida tener acceso a los mismos.

Merece la pena, en este punto, detenernos a reflexionar. Hasta ahora hemos venido enmarcando nuestro análisis en el contexto de los países más desarrollados, es decir, hemos venido considerando que la exclusión social viene determinada por la privación de derechos tales como la educación, la vivienda, la salud...en definitiva, por derechos básicos del estado de bienestar. Esta posición parece lógica puesto que nos encontramos en una zona privilegiada, donde el resto de derechos humanos se suponen cubiertos. Sin embargo, no conviene olvidar que por exclusión, y por tanto como excluidos, debemos considerar un conjunto mucho más amplio. No podemos obviar que la inmensa mayoría de habitantes del planeta, además de atravesar importantes situaciones de pobreza económica, vive permanentes formas de exclusión, basadas en la imposibilidad de acceder a derechos fundamentales como la libertad o la igualdad, fruto de la conjugación de diversos factores culturales y sociales como pueden ser los radicalismos religiosos o los regímenes autoritarios que privan a la humanidad de sus derechos políticos y civiles.


Resulta difícil medir la exclusión. No son muchos los estudios que incluyen otras variables junto a la económica en la determinación cuantitativa de la realidad social, si bien es cierto que desde mediado de los ochenta existe una tendencia a su incorporación en los análisis. Los principales estudios sobre pobreza a nivel nacional, basados en la Encuesta de Presupuestos Familiares, se limitan a profundizar en variables de ingreso y gasto. Hay varios motivos para que esto sea así: el primero de ellos es la dificultad de medición de un fenómeno tan complejo, hablamos de multitud de factores que inciden en su determinación, y esto no resulta fácil de integrar en un modelo. Junto a este factor, aparece la escasez de fuentes estadísticas capaces de aportar datos útiles para la elaboración de un análisis riguroso, únicamente la Encuesta de Presupuestos Familiares y el Panel de Hogares de la Unión Europea suministran alguna información relativa a vivienda o a salud que pueden ser utilizados.

En definitiva, lo que nos va a permitir entender la diferenciación de estos dos conceptos es la idea que subyace y va a resultar clave a la hora de determinar las situaciones de exclusión, que es, como señala la Fundación Europea para la mejora de las condiciones de Vida y Trabajo, la posibilidad o no de la persona de participar en el conjunto de la sociedad.

Lima,  setiembre del 2012

Dr. VÍCTOR JÚBER MOSCOSO TORRES
Ex Asesor de Despachos Ministeriales   de Educación
Ex Director Regional de Educación de Lima Metropolitana
Presidente de la Asociación Nacional de Directores Regionales de Educación del Perú. ANDREP.
Magister en Administración de la Educación Universitaria  en UNMSM.
Prof. y  Abg. con Doctorado en Derecho en UNMSM
Catedrático de  Pre y Postgrado en UNFV – UNMSM – UNAC y universidades particulares

Asesor Legal del Colegio de Profesores del Perú































 

No hay comentarios:

Publicar un comentario